Las ciudades se adornan con un derroche luminoso para animar a la fiesta y al consumo. Hace dos mil años, en Belén, una luz se encendió para mostrarnos el camino del amor y la esperanza.
Pues sin lugar a dudas esto es lo que me sugiere el otoño, soledad en las ramas de los árboles, hojas que caerán al suelo marcando el paso de los días que nos llevan hasta el frío invierno que nos acecha a la vuelta de la esquina.
Un saludo a todos.
Esta foto junto con muchas más, pueden encontrarla en mi galería de FLICKr.
Me presento en el blog con estas dos imagenes! Podeis ver mas imagenes en www.jmgg.tk a la cual estais invitados a comentar las imagenes que alli se visualizan. Gracias Enorabuena por la pagina
Esperaba hacer una foto otoñal interesante en estas fechas, pero al final me he decidido por una antigua, y así darle algo diferente, otro punto de vista, en este caso del Parque de San Martín de Vitoria.
A veces el otoño se puede plasmar en una imagen como puede ser la hoja caída, pero el otoño también tiene un olor especial, ese olor de la castaña asada puede y representa esta estación.
Con la llegada del otoño el hayedo de Montejo se tiñe de colores dorados, ocres y marrones.
Caminar entre las hayas de este recondito lugar es contemplar los últimos vestigios de un bosque caducifolio en regresión.
El peculiar microclima de la ladera umbría donde se asienta, así como su orientación que recoge el aire humedo de las corrientes de aire que chocan contra la sierra, permiten la subsistencia de estos bellos árboles.
Fotografías tomadas con una cámara Nikon F80, película Fuji Provia 400 ASA forzada a 1600 y utilizando filtro difusor.
Presentación de diapositivas creada con Pinnacle Studio, música Forever Autumn, del músical The War of the Worlds de Jeff Wayne.
El sol se había puesto: las nubes, que cruzaban hechas jirones sobre mi cabeza, iban a amontonarse unas sobre otras en el horizonte lejano. El viento frío de las tardes de otoño arremolinaba las hojas secas a mis pies.
Yo estaba sentado al borde de un camino, por donde siempre vuelven menos de los que van.
No sé en qué pensaba, si en efecto pensaba entonces en alguna cosa. Mi alma temblaba a punto de lanzarse al espacio, como el pájaro tiembla y agita ligeramente las alas antes de levantar el vuelo.
Hay momentos en que, merced a una serie de abstracciones, el espíritu se sustrae a cuanto le rodea, y replegándose en sí mismo analiza y comprende todos los misteriosos fenómenos de la vida interna del hombre.
Hay otros en que se desliga de la carne, pierde su personalidad y se confunde con los elementos de la Naturaleza, se relaciona con su modo de ser y traduce su incomprensible lenguaje.
Yo me hallaba en uno de estos últimos momentos, cuando solo y en medio de la escueta llanura oí hablar cerca de mí.
Eran dos hojas secas las que hablaban, y éste, poco más o menos, su extraño diálogo:[...seguir leyendo]
Es el otoño. Lentamente un telón de niebla impregna el aire y va apoderándose del ánimo y del paisaje. Poco a poco se van apagando los focos. Es hora de cambiar el escenario. Un clima de nostalgia se adueña del ambiente para colaborar con ese tiempo de reflexión que invita al análisis y al balance. Es momento de conclusiones pero también de incubación. La naturaleza se amortigua, se repliega sobre sí misma para reinventarse. Casi sin danos cuenta, a fuego lento, comienza a prepararse con fuerza el estreno de una nueva primavera.
Esta simple foto de un lugar cualquiera es mi mas que humilde participación de este mes desde Fotos Logio.
Cámara: OLYMPUS E-420 Fecha de la imagen: 2010:11:01 19:22:56 Flash: No Distancia focal: 14.0 mm Tiempo de exposición: 0.067 s (1/15) Apertura: f/3.5 ISO equivalente: 100 Balance de blancos: automático Modo de medición: Matricial Exposición: manual Modo de exposición: manual
El frío y la falta de alimento tienen consecuencias: las aves del norte comienzan a migrar. El sur es la promesa de abrigo y sustento... la calidez del trópico las aguarda a la distancia como una esperanza para vivir un año más y regresar en la primavera al norte... cerrar el ciclo de nuevo, como cada año, como siempre.
Sin embargo, no todas regresarán... para muchas de ellas, el invierno del norte habrá sido demasiado crudo... y sus mermados corazones dejarán de latir en algún punto del viaje... después de todo, para las aves el invierno es insensible; es sólo viento y frío...
Cada año, las aves migratorias de Norteamérica migran hacia México, Centro y Suramérica para pasar el invierno. La migración comienza en otoño y cerca del 40% de las aves del continente se movilizan al sur, muchas de ellas por la planicie costera del Atlántico mexicano. Las condiciones orográficas generan un fenómeno conocido como Río de rapaces. Durante el otoño se registran cerca de 5,000,000 de aves rapaces en la zona costera de Veracruz en su camino hacia el sur...
...si tienes un corazón en las manos, date cuenta...