Ha pasado tiempo, pero aquel trovador que cantaba a golpe de laúd las gestas de los grandes hombres por los mercados de la edad media no se diferencia gran cosa del organillero chulapón que repartía chotis y pasodobles por las calles de Madrid en la época de nuestras abuelas, ni del acordeonista rumano que lo mismo engalana la rutina diaria del metro con alguna sinfonía de Vivaldi que con Paquito el chocolatero. Los músicos callejeros suelen ser gente con talento, con sensibilidad y sin dinero, que ofrecen notas de alegría a los cuatro vientos a cambio de una moneda.
Vallanca
Hace 3 meses
7 comentarios:
Caray, qué toma tan fantástica y oportuna para el tema!
Cómo tengo que hacerlo para poder participar, si se puede?
Gracias por el piropo, Isabel.
Naturalmente que puedes participar. "La Kedada" es abierta, con la única condición de darse de alta. Espero verte en breve por aquí. Un saludo.
Una foto muy original, qué bonita.
Saludos
Original composición y mucha sensibilidad al elegir el tema: notas que llenan de poesia y sentimiento una calle, abarrotada de "gente", que pasa de un lado para otro casi sin prestar atención a estos generosos "juglares" de nuestras ciudades a cambio, si es que puede ser, de una triste moneda solamente ...
Saludos.
Excelente captura!
Feliz finde!
¡Fotón! Me encanta.
Saludos!
Hola Isabel, para participar en la "Kedada" envia un mail a mimundo10@gmail.com, es que no hay forma de que pueda dejar un comentario en tu blog.
Saludos
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