miércoles, 8 de diciembre de 2010

Foto deseos.


Las ciudades se adornan con un derroche luminoso para animar a la fiesta y al consumo. Hace dos mil años, en Belén, una luz se encendió para mostrarnos el camino del amor y la esperanza.

2 comentarios:

Lola Fontecha dijo...

Tu entrada hace pensar....

Anónimo dijo...

Nuestra propia luz interior debería sobrar para guiarnos, pero queda atenuada con tanto brillo fastuoso y fatuo... ¿tanto derroche?..quizás piensan que alegran los corazones,.. e igual lo hacen, pero los infantiles e ingenuos..

Buen post, lleva a la reflexión, y si te dejas, a la rabia....