sábado, 6 de febrero de 2010

Desde la mirilla


Una atalaya privilegiada para observar a tu presa a pocos centímetros con total impunidad, una localidad preferente desde la que puedes oír su respiración sin que se percate de tu presencia. Es cuestión de esperar en silencio, darle tiempo para que se relaje hasta que crea que no hay peligro. Cuando se confíe dispones de unos segundos. Es el mejor momento. ¡Dispara! ¡Click, click, click!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Simpre sorprende!Fantástico!!
Bravo!!!

Jose Antonio (http://mirados.wordpress.com/) dijo...

Muy sugerente el motivo, me encanta, sugiere más que muestra. Parece que en esta quedada de macro predominan las circuferencias minúsculas, je, je.
Me ha gustado mucho.

Cris dijo...

Muy original esta vista a través de la mirilla!

Pablo Vázquez Pérez dijo...

Una foto con historia, parece una narración, un relato. Me gusta el grano que tiene la piel de la chica y lo que paarece iluminación natural incidiendo sobre ella. Saludos.